Si la idea de volar con tus hijos te hace temblar, no te desanimes. Con un poco de planificación, tendrás un trayecto sin problemas.
Desde la reservación
Cuando elijas un vuelo, piensa en el horario que mejor se adapte al de tus hijos:
• Los vuelos durante la hora de la comida pueden ser una buena idea, ya que comer mantendrá a los chicos entretenidos durante bastante tiempo.
• Otras opción puede ser volar en la hora de la siesta.
• Si puedes, selecciona un vuelo directo. Las escalas y todo el tiempo que consumen pueden ser un gran dolor de cabeza cuando estás viajando con cochecitos, bolsas de pañales y niños cansados.
• Al reservar tus boletos, asegúrate de preguntar por el equipo que la aerolínea ofrece a los pasajeros pequeños, como asientos de cierre con cunas plegables para los bebés.
Antes de abordar
Llega al aeropuerto con tiempo. Así podrás documentar cualquier equipaje especial como asientos de coche o carriolas. Ya en la sala de abordar, aprovecha para que tus hijos quemen un poco de energía antes de subir al avión, llévalos a caminar o a recorrer las tiendas, de esta manera cuando suban al avión estarán cansados.
En el avión
Prevenir es la clave de un vuelo exitoso. Ya sentados, saca bocadillos, tablets, juegos y juguetes para mantenerlos ocupados. Lo ideal es cambiarles la actividad cada media hora de vuelo. ¡No olvides las toallitas antisépticas! Serán muy útiles para limpiar las bandejas, apoyabrazos, las caras y manos pegajosas.