Ya lo sabemos, viajar es un placer. Y optar por un hotel de lujo es elegir una experiencia de viaje completa. Imagina despertar con vistas panorámicas, disfrutar de un desayuno gourmet a la carta y pasar la tarde en un spa de clase mundial.
Estos hoteles están diseñados para que no tengas que moverte de ahí: piscinas infinitas, gimnasios de última generación, restaurantes y un servicio que anticipa tus necesidades.
TU TIPO DE VIAJE DEFINE TODO




Si tu objetivo es desconectar, recargar energías y ser mimado, esta es tu opción ideal. Un hotel de lujo se convierte en un refugio, un santuario donde el estrés del día a día se desvanece. Es una inversión en confort y exclusividad.
En estos casos, el destino no es lo que está fuera de las puertas del hotel, sino lo que hay dentro. Es perfecto para lunas de miel, o escapadas románticas.
Sin embargo, todo esto tiene un costo, y no solo monetario. Al pasar tanto tiempo dentro del hotel, te pierdes la oportunidad de sumergirte en la cultura local, de explorar las calles, de probar la comida callejera y de conocer a su gente.
La experiencia es más introspectiva y menos interactiva con el entorno.
ELEGIR UN HOTEL ECONÓMICO: VIAJAR PARA SALIR A EXPLORAR



Por otro lado, si te consideras un viajero explorador, tu hotel es un lugar funcional. Lo único que necesitas es una habitación cómoda, y un lugar seguro para dejar tus cosas. El verdadero propósito de tu experiencia de viaje es descubrir el destino.
El ahorro en alojamiento te permite invertir más en experiencias. ¿Por qué pagar por un gimnasio en el hotel si prefieres caminar por la ciudad? ¿Para qué un desayuno buffet si quieres probar los diferentes cafés y panaderías locales?
Este enfoque te obliga a salir, a buscar, a interactuar. Cada comida es una aventura, cada calle es un nuevo descubrimiento. Y si de salir a disfrutar se trata, visita en familia Orlando, el lugar donde los sueños se hacen realidad.
Esta opción te brinda la libertad de ser flexible con tus planes y de sumergirte de lleno en la vida del lugar que visitas. La mayor ventaja es que no te sientes obligado a quedarte en el hotel para “aprovechar” lo que has pagado.
Tu día empieza y termina en el destino, no en el lobby de un hotel de lujo.
La desventaja es que, a veces, las comodidades son mínimas. Pero para el viajero que busca una conexión auténtica con el destino, esto es un pequeño sacrificio por una gran recompensa.
UNA DECISIÓN DIFÍCIL

Entonces, ¿Cuál es la mejor opción? No hay una respuesta única. La mejor elección depende de lo que busques en tu experiencia de viaje.
Si tu meta es relajarte, desconectar y ser atendido, elige el hotel de lujo. Si tu pasión al viajar es la aventura, la cultura y la exploración, opta por el hotel funcional.
Lo más importante es que tu alojamiento esté alineado con el propósito de tu viaje. Así, te aseguras de que tu estadía, sea donde sea, sea memorable y satisfactoria.
**Protege tu experiencia con Royal Holiday: Mantén tus datos seguros y conoce a fondo tu membresía. No compartas información personal y estate atento a nuestras comunicaciones sobre seguridad y fraude.