Si una de las cosas que más amas en el mundo es viaja, entonces es posible que padezcas dromonanía.
Imagina en retrospectiva tu vida y recuerda lo que sentiste la primera vez que viajaste al destino que tanto soñabas.
No importa cuánto tiempo haya pasado, pero cualquier cosa nos puede hacer rememorar.
Esa sensación de alegría. Las ganas de comerte el mundo. El deseo de descubrir cosas nuevas.
El primer viaje es inolvidable, conforme pasa el tiempo y los viajes se acumulan, se incrementa la experiencia.
Con cada travesía maduramos. Cambia nuestra perspectiva de la vida. Hacemos más amigos.
Simplemente no volvemos a ser los mismo.
Sin embargo, muchas veces viajar se convierte en una obsesión constante.
Tal vez no lo sabes, pero es posible que padezcas dromomanía.
El primer caso que se dio a conocer fue en 1886.
Un hombre llamado Jean-Albert Dadas terminó internado en un hospital, debido a un excesisvo cansanco físico.
El paciente afirmaba en distintas ocasiones que hacía largos recorridos sin saber por qué.
Incluso caminó a lugares tan lejanos como Praga, Viena o Moscú, a pesar de vivir en Burdeos.
La Real Academía Española definió a la dromomanía como la adicción a viajar, a movernos de manera constante.
Quizá porque esta sensación de desplazarnos hacia distintos lugares está en nuestra sangre.
Tal como lo hacían nuestros ancestros al buscar un lugar para permanecer durante un tiempo.
Para luego emigar y encontrar otro distinto donde establecerse. Hace miles de años ser nómada era normal.
Pero se cree entonces que la dromomanía en realidad es un estado psicológico.
Éste se manfiesta de manera inconsciente, se relacionada con la felicidad y la liberación de dopamina.
Así que nos sentimos felices durante un tiempo.
Pero cuando la sensación termina y volvemos a la cotidianidad, no podemos acostumbrarnos.
Algo en nostros hace que deseemos experimentar lo que nos hace bien.
Por eso cuando alguien regresa de un viaje, de inmediato ya está planeando el siguiente.
Quienes padecen dromomanía tienen claro que la vida se trata de una colección de instantes felices.
Y tú, ¿sabes si lo padeces? Compártenos tus experiencias.
