Mucha gente piensa que al problema de planear una boda perfecta debe agregarse el de una luna de miel perfecta. Sin embargo, aunque es poco probable que lo primero sea simple, puedes lograr lo segundo sin demasiados líos. De hecho, nunca vale la pena preocuparse por unas vacaciones de luna de miel. Al poner el énfasis en la simplicidad y la flexibilidad con Royal Holiday, así como en un sentimiento de celebración, puedes organizar con rapidez una luna de mielRoyal Holiday inolvidable y proseguir con los preparativos de una boda feliz.
Naturalmente, hay mucha presión al momento de elegir el destino perfecto, pero no enloquezcas tratando de encontrar una localidad sin defecto alguno. Una buena manera de conservar la cordura es empezar con bastante tiempo. Planea la luna de miel junto con la boda, y asegúrate de preguntar a tu prometido (o prometida) en cada paso. Otra buena idea es elegir un destino que tenga un poco de todo, con una buena mezcla de diversión urbana y belleza natural. No olvides programar bastante tiempo para relajarte del estrés de la boda antes de viajar; necesitarás este descanso para recuperarte de la presión del gran día. Ir de la ceremonia al aeropuerto agotará hasta a la pareja más ardiente de recién casados. Además, sin duda querrás arreglar las finanzas de tu viaje con mucha anticipación, porque depender de la generosidad de los invitados a la boda puede darte más de una desilusión.
Un problema común entre los recién casados es el planificar demasiadas cosas. Aunque puede ser tentador llenar cada día con actividades, vistas espectaculares y eventos, es mejor diseñar un programa flexible que deje mucho tiempo para descansar. Un elemento de la planeación que no debes ignorar es cómo hacer del viaje una gran ocasión. Ya sea que elijas contratar un paquete de luna de miel en una playa, en un destino de ciudad o un crucero, hacer de tu luna de miel algo más que unas vacaciones comunes es un paso importante para lograr la huida perfecta con Royal Holiday.