Sin importar cómo viajes, empacar líquidos puede ser difícil. Los límites para portar líquidos a bordo de aviones son bien conocidos y bastante detestados, pero los líquidos pueden fugarse o derramarse y causar un desastre en tu equipaje aun si no estás volando. Prueba estos tips para mantener los líquidos en su lugar mientras viajas.
– Reempaca. Aunque puedes adquirir contenedores pequeños, “para viaje”, de líquidos como el shampoo, no son particularmente respetuosos con el ambiente y tienden a ser caros. Como alternativa, trata de comprar contenedores ligeros pero fuertes y guarda en ellos sólo la cantidad de líquido que necesites para un viaje. Para líquidos poco densos, las botellas de polietileno de alta densidad (HDPE) dan una buena opción, porque pesan poco y son irrompibles. Busca una marca que sea conocida por la resistencia de sus tapas, porque éstas constituyen el punto más débil en los productos de HDPE. Para líquidos viscosos, compra tubos de plástico colapsibles (como los de pasta dentífrica) que sean rellenables. Puede ser más difícil encontrar tubos que botellas, pero varias compañías los fabrican. Elige uno con orificio de salida pequeño, para minimizar la posibilidad de fugas, y evita los envases de silicón, que pesan más y son incompatibles con varios productos.
– Recuerda la regla de 100-1-1. Cuando viajes en avión, limita tus líquidos a botellas a 100 mililitros o menos, y lleva sólo las que quepan en una (1) bolsa de plástico transparente, de 1 litro de capacidad. Al hacerlo así, cumplirás con la normativa de la Administración de Seguridad en el Transporte de los Estados Unidos (TSA). La fórmula láctea para bebé, el alimento para bebé, los medicamentos y la leche materna pueden llevarse fuera de la bolsa de un litro, pero deberás declararlos al pasar por la revisión de seguridad.
– Evita los líquidos peligrosos. Puede ser conveniente llevar combustible para tu estufa portátil, pero los líquidos inflamables están prohibidos en algunos tipos de transporte, y también lo están productos químicos como el cloro y el blanqueador. Si los necesitas, es mejor adquirirlos al llegar a tu destino.